Los sistemas de gestión actuales de las dehesas no son compatibles para afrontar el cambio climático, según un estudio
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La gestión de las dehesas basada en la apertura del bosque aumentando el espaciado entre árboles no es efectiva para asegurar su persistencia en un escenario de cambio climático, según concluye un estudio que publica la revista 'Frontiers in Ecology and Evolution'.
El trabajo realizado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Universidad Nacional del Comahue, en Argentina, concluye que para mantener las dehesas como sistemas de alto valor ecológico y económico frente al cambio climático, una gestión como la actual no sería posible.
El investigador del MNCN, Mario Díaz, afirma que "los resultados de este estudio muestran que, a pesar de sus beneficios económicos y de mejorar la supervivencia de los árboles, una gestión basada en la apertura del bosque aumentando el espaciado entre árboles no sería efectiva para asegurar su persistencia en un escenario de cambio climático".
Además, Díaz explica como "la mejor estrategia para alcanzar un equilibrio entre la rentabilidad económica y la sostenibilidad futura de estos sistemas sería establecer áreas abiertas y áreas con alta densidad de matorral que fueran rotando periódicamente", el cual, podría financiarse mediante la Política Agraria Común (PAC), asegura.
Por otra parte, la investigadora del MNCN Teresa Sánchez-Mejía aclara que al tratarse de sistemas con "un alto grado de diversidad biológica", estos se encuentran protegidos por la Directiva de Hábitats. Esta categoría implica la obligación de implantar un modelo de gestión de estos paisajes adecuado ante el cambio climático, que permita su explotación económica sin comprometer su sostenibilidad futura.
En el estudio se monitorizaron poblaciones de encinas pertenecientes al Parque Nacional de Cabañeros entre 2001 y 2018 que midieron el cambio en la fecundidad de los árboles y el establecimiento de los primeros estadios de desarrollo de la planta, llamados plántulas, en función de estos parámetros.
Entre los resultados que observaron, según Díaz, "las sequías anuales más intensas reducen el esfuerzo reproductivo, pues incrementan el aborto de las bellotas y su depredación por insectos, y disminuyen la supervivencia de las plántulas".
Por otro lado, ha añadido que aunque el incremento de temperatura en primavera aumenta la efectividad de la polinización, vimos que no es suficiente para compensar los efectos negativos de las sequías.
Igualmente, Sánchez-Mejía aclara que en lo que respecta al grado de dispersión entre árboles obtuvieron una mayor separación entre individuos, lo que no consigue atenuar los efectos negativos de los cambios en el clima, como pasa con los árboles adultos en bosques cerrados.