Bruno Fortea Miras

Bruselas, 20 feb (EFE).- La eurodiputada de Unidas Podemos María Eugenia Rodríguez Palop, miembro de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, considera que "la derecha tiene una visión muy elitista del campo" ya que "lo que hacen es proteger a una parte minúscula del sector primario, que son los grandes terratenientes".

En una entrevista con Efe Palop resalta que tanto el PP como Vox "han votado en contra de que en el campo haya un precio justo para la producción", al haberse opuesto en el Congreso a la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria, que a partir de ahora ya prohíbe la venta de productos agrícolas por debajo de su precio de coste.

Aun así, la eurodiputada de Unidas Podemos indica que, en su opinión, la derecha española "se ha esforzado en plantear una colisión permanente entre las reivindicaciones agrarias y las medioambientales", y admite que, "lamentablemente, este discurso está calando" entre los pequeños agricultores y ganaderos.

"La derecha extremada y la ultraderecha llevan calentando el campo desde que empezó la legislatura. Entonces, no sorprende que, vía manipulación, algunos agricultores hayan entrado en este código", asegura Palop, en referencia al asalto de ganaderos al Ayuntamiento de la localidad murciana de Lorca, hace dos semanas.

Sin embargo, a su juicio, las demandas agrarias y ecologistas "van en la misma dirección", ya que, dice, "lo mejor para el campo siempre es que haya buenas prácticas agroambientales" y, de hecho, remarca que esta es la postura fijada por la Unión Europea (UE) en el Pacto Verde o en la estrategia "De la granja a la mesa", que busca reducir a la mitad el uso de fertilizantes o pesticidas.

Y añade: "La atención que nosotros prestamos al campo no es exclusivamente verde, sino que también es, fundamentalmente, una atención social. Pensamos en el campo no solamente como propietarios de tierras, sino también como trabajadores, porque en mi campo también están los jornaleros y los temporeros", apunta.

El pasado enero se cumplieron 60 años del inicio de la Política Agrícola Común (PAC), el paquete de ayudas públicas que la UE otorga a agricultores y ganaderos con el objetivo de reforzar sus ingresos en un sector donde las rentas son más bajas respecto a la media de oficios, y garantizar, de este modo, puestos de trabajo estables en el sector primario.

Rodríguez Palop considera que la PAC ha sido "muy beneficiosa para todos" y - añade - "ahora mismo es un instrumento de cohesión ineludible", puesto que las ayudas conceden "una protección muchísimo mayor para los agricultores y ganaderos más vulnerables".

"Otra cosa es que hayamos conseguido todo lo que quisiéramos conseguir. Después de 60 años la PAC no ha resultado ser tan efectiva en términos de desarrollo rural", matizó la eurodiputada.

Estas ayudas europeas "se han usado como sustituto de inversiones en políticas sociales y servicios públicos" en lugares como Andalucía o Extremadura, aunque "este no era su objetivo principal", y señala así que la PAC aún puede hacer "mucho más por la cohesión social y territorial" porque "la distribución de recursos ha sido muy deficiente".

"Ha habido un reparto de la PAC del que se han favorecido, fundamentalmente, los grandes tenedores de tierras y, en muchos casos, incluso las grandes distribuidoras, como Mercadona, que aparte de distribuir, también produce", denuncia.

De este modo, para Palop, el resultado es que "gente que no lo necesita se sigue beneficiando de la PAC", aunque, por lo menos, sí que admitió que los criterios de la nueva Política Agrícola Común, que entrarán en vigor el próximo 2023, suponen un avance en materia medioambiental gracias a las exigencias que incluyen.

"Lamentablemente, creo que en el corto plazo no serán asumibles para todos los agricultores españoles, pero hay que decirles que, hoy en día, la transición ecológica no es una opción, sino que es algo que está sucediendo y debemos decidir de qué manera nos podemos adaptar mejor", manifiesta.

Palop afirma que "decir que las cosas pueden seguir como están es engañar a la gente" aunque, eso sí, también exige que se cumpla un principio de reciprocidad en los productos agrícolas que la UE importa fuera del mercado común, con el fin de asegurar que cumplen las mismas exigencias ambientales y laborales que se piden en Europa.

"Es terriblemente injusto que estemos exigiendo tanto a nuestros productores, con requisitos que encarecen la producción y sabiendo que no llegan muchas veces a cubrir los costes, mientras que a las importaciones no les estamos exigiendo nada", sentencia. EFE

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