23.04.2024 |
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Las políticas europeas podrían desbordar la capacidad de las empresas para ser más circulares medioambientalmente

Un nuevo informe recomienda a la Comisión Europea que las decenas de iniciativas de política de Economía Circular desarrolladas o en curso de desarrollo a nivel nacional y de la UE sean racionalizadas en su alcance y enfoque para evitar abrumar a las empresas. El informe traza y evalúa las iniciativas políticas de Economía Circular a nivel de la UE y de los gobiernos nacionales de Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Polonia, España, Suecia y Reino Unido.
Las políticas europeas podrían desbordar la capacidad de las empresas para ser más circulares medioambientalmente

MADRID, 7 (EUROPA PRESS)

Un nuevo informe recomienda a la Comisión Europea que las decenas de iniciativas de política de Economía Circular desarrolladas o en curso de desarrollo a nivel nacional y de la UE sean racionalizadas en su alcance y enfoque para evitar abrumar a las empresas. El informe traza y evalúa las iniciativas políticas de Economía Circular a nivel de la UE y de los gobiernos nacionales de Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Polonia, España, Suecia y Reino Unido.

Europa es líder mundial en la creación de una economía circular con un ambicioso compromiso de reducir los residuos enviados a los vertederos en un 90% y reciclar el 75% de los envases para 2030. Pero con los cientos de políticas que se están desarrollando a nivel de país y de la UE, es importante racionalizar su alcance e identificar dónde debe estar el verdadero foco, dice un nuevo informe de Sofies, una empresa internacional de gestión de proyectos de sostenibilidad y consultoría.

El informe 'Economía Circular para Europa: salvando la brecha entre la política y la implementación' mapea y evalúa las iniciativas políticas de Economía Circular a nivel de la UE, así como a nivel gubernamental nacional en Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Polonia, España, Suecia y el Reino Unido, y se han encontrado más de 87 iniciativas políticas relacionadas con la economía circular -que abarcan desde el final de la vida útil hasta el diseño y la reparabilidad de los productos- en desarrollo en los países objetivo, un número asombroso.

Los temas políticos más populares fueron la comunicación sobre la sostenibilidad (9,6% de los elementos políticos), la gestión de residuos (8,7% de los elementos políticos) y el diseño ecológico (8,1% de los elementos políticos).

Dado el elevado número de iniciativas y elementos políticos identificados, las empresas necesitarían mucho tiempo y recursos administrativos para hacer un seguimiento de todos ellos. Por ejemplo, suponiendo que un analista pudiera seguir 5 políticas a la vez dentro de una empresa, ésta necesitaría unos 17 analistas para seguir las 87 iniciativas políticas mapeadas.

Para acelerar la transición de la economía lineal tradicional de uso intensivo de recursos a una economía circular, se necesita una normativa inteligente, coherente y armonizada en toda la UE y dentro de ella.

La opinión pública desea mayoritariamente que las empresas e industrias sean social y ambientalmente responsables, y las encuestas muestran que el 77% de los ciudadanos de la UE están dispuestos a pagar más por productos respetuosos con el medio ambiente. En lo que respecta al envasado de esos productos, una gran mayoría de los europeos apunta que también están dispuestos a pagar más por productos con envases sostenibles.

Así pues, dada la demanda de productos sostenibles por parte de los consumidores y el papel decisivo que desempeñan las empresas en la consecución de una economía circular, la política debe facilitarla mediante la ejecución satisfactoria de iniciativas sostenibles, sobre todo porque muchas empresas ya están dispuestas a comprometerse con estas cuestiones, como se muestra en algunos informes previos pero para ello, según advierten, es necesario racionalizar las políticas.

El coautor del informe, Federico Magalini, afirma que "deberíamos aprovechar una serie de ambiciosas propuestas políticas que pueden contribuir a la transición de las empresas hacia una verdadera economía circular, al tiempo que se garantiza la simplificación y armonización de los numerosos requisitos de iniciativas de productos sostenibles que ya se están desarrollando a nivel de los Estados miembros".

En Europa ya se han desarrollado diversas iniciativas políticas, de las cuales casi la mitad se refieren a las operaciones (47%), luego al embalaje de los productos (37%) y a la relación con los clientes (16%). Pero la colaboración entre los actores de la industria y los responsables políticos es esencial para el éxito. Unas políticas armonizadas y sencillas de aplicar para las empresas, sin comprometer las ambiciones medioambientales, allanarán el camino hacia la economía circular que el público demanda.

Paolo Falcioni, Director General de APPLiA, asociación comercial de la industria europea de electrodomésticos, añade que "este gran trabajo muestra la amplitud del reto que tenemos por delante: identificar las opciones políticas adecuadas para mejorar la sostenibilidad de los productos".

En su opinión, "sería estupendo establecer una métrica que identifique los elementos políticos más relevantes -de los 471 identificados- lo antes posible. Siento una verdadera sensación de urgencia respecto a la entrega de productos más sostenibles, junto con la tarea de centrarse sólo en lo que realmente importa", asegura.

Para ello, el informe 'Economía circular para Europa: colmar la brecha entre la política y la aplicación' identifica los temas más cubiertos por la política en los Estados miembros de la UE. A continuación, formula recomendaciones clave a la Comisión Europea para ayudar a garantizar unas condiciones equitativas para las empresas que sean sencillas e incentiven la oferta de productos y envases sostenibles.

Así, las recomendaciones para la Comisión Europea pasan por la armonización de las normas de diseño ecológico y de los requisitos de etiquetado ecológico en toda la UE para facilitar el cumplimiento y evitar la fragmentación entre los Estados miembros, que están desarrollando iniciativas sobre índices de reparabilidad y durabilidad antes de una plena alineación con las iniciativas a nivel de la UE.

También propone incentivos fiscales para el mercado de bienes reciclados/reutilizados y los servicios de reparación, así como para promover la donación de bienes no vendidos por parte de las empresas a causas benéficas.

Otra intervención que recomienda es la aplicación armonizada de la RPE (Responsabilidad Ampliada del Productor) en todos los Estados miembros para todos los flujos de residuos previstos y establecimiento de un mecanismo central de coordinación a nivel de la UE para el registro y la notificación de las pilas puestas en el mercado, con el fin de que las empresas puedan cumplir fácilmente la normativa sobre RPE relativa a todos los productos vendidos en cualquier país europeo, reduciendo al mismo tiempo la carga administrativa y financiera del registro.

Por último, considera necesaria la información sobre la sostenibilidad de los productos: La información sobre los productos debe normalizarse (por ejemplo, la información al consumidor sobre la posibilidad de reparación, la huella medioambiental, etc.) y las iniciativas políticas como el Pasaporte Digital de Productos (PDP) deben alinearse con los sistemas de información existentes para evitar el solapamiento del trabajo administrativo y la duplicación de datos (por ejemplo, evitar el solapamiento del DPP con las Sustancias Preocupantes en los Productos (SCIP), o el Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas (REACH).

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