Barcelona, 30 ene (EFE).- "La ultraderecha, aunque quiera maquillar su imagen, es lo que es y viene de donde viene", escribe el periodista Xavier Rius Sant (Barcelona, 1959) en la última página de su libro "Els ultres son aquí" (Los ultras están aquí).

En las 280 páginas anteriores, Rius Sant disecciona la historia de la extrema derecha en Cataluña desde que la xenófoba Plataforma per Catalunya (PxC) obtuvo cuatro concejales en Vic en 2007 hasta la actualidad, cuando Vox cuenta con 11 diputados en el Parlament.

"Vox es una ultraderecha al estilo de la polaca o húngara, con una diferencia: lo que les ha hecho crecer no ha sido el 'no' al aborto o el 'no' al matrimonio homosexual, sino la visibilidad que les dio ser la acusación popular en el juicio del 'procés' y el sentimiento de muchos votantes del PP de que Mariano Rajoy había sido débil y blando con Cataluña", explica Rius Sant en una entrevista con Efe.

Por ello, según el periodista, que ha recibido querellas y amenazas de muerte por sus investigaciones sobre la extrema derecha, cree que las bases de Vox están conformadas, principalmente, por antiguos militantes del PP y algún "exfalangista".

"En las elecciones municipales -de 2019- sí que hicieron listas con mucha gente que venía de Democracia Nacional, pero no les fue bien. Solo obtuvieron tres concejales en Salt", indica.

Por las páginas del libro, editado por Pòrtic, desfilan los nombres de todos aquellos que han tenido algún tipo de responsabilidad en partidos y grupúsculos de extrema derecha en Cataluña: desde el dirigente de Democracia Nacional Pedro Chaparro, condenado por el asalto a la librería Blanquerna de Madrid, hasta Juan Garriga, actual portavoz de Vox en el Parlamento catalán.

Precisamente Juan Garriga es uno de los protagonistas del primer capítulo del libro: a finales de julio de 2009, compartió mesa con el líder de PxC, Josep Anglada, y la entonces diputada del PPC en el Parlament Montserrat Nebrera, a la que había apoyado en el congreso que perdió contra Alicia Sánchez-Camacho para presidir el Partido Popular de Cataluña.

El objetivo de la cena, según explica Rius Sant, era sondear a Nebrera para que ésta se incorporase a PxC e intentar entrar en el Parlament en las elecciones del año siguiente. La operación no salió bien: Anglada se negó a ceder el liderazgo de su formación a Nebrera, ésta acabó abandonando el PP, y finalmente Plataforma per Catalunya se quedó a 30.000 votos de obtener un escaño.

A pesar del trasvase destacado de algunos de sus dirigentes, como es el caso de Garriga y de la diputada Mónica Lora, Rius Sant cree que PxC y Vox presentan diferencias notables a nivel ideológico.

"PxC no se metía en temas como el aborto. Estaban por la unidad de España pero no se oponían a la inmersión lingüística. Era un partido bastante caótico, se centraban en el tema de la inmigración, y se hundió por las contradicciones, los problemas de gestión... En cambio, Vox sí que llega a unos temas ultracatólicos que Plataforma no tocaba", resume.

Es por este motivo, según el autor del ensayo, que Vox es un partido que está "lejos" de la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, y de Florian Philippot, impulsor de Les Patriots, pero es más cercano a la formación polaca Ley y Justicia o a la húngara Fidesz.

La cumbre que ha convocado Vox este fin de semana en Madrid es una prueba de ello: entre los invitados al cónclave están los primeros ministros húngaro y polaco, Viktor Orbán y Mateusz Morawiecki. EFE

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