Katmandú, 22 feb (EFE).- El festival Maha Shivaratri, una de las celebraciones más populares para la comunidad hindú en Nepal, se celebrará el próximo martes después de dos años de cancelaciones por la pandemia y en medio de la bajada de casos de covid-19 que experimenta el país.

"Estamos encantados de anunciar el festival después de dos años", dijo a Efe Milan Kumar Thapa, secretario de la fundación que organiza los actos, Pashupati Area Development Trust (PADT).

Esta festividad religiosa, que marca el final del invierno y la llegada del verano y se conoce como "la gran noche de Shiva", se celebra cada año en el templo hindú Pashupatinath de la capital, uno de los parajes considerados Patrimonio Cultural de la UNESCO en el Valle de Katmandú.

Durante las celebraciones, miles de devotos encienden fogatas en sus casas, lugares públicos y templos, con la creencia de que así calientan al dios Shiva.

El festival hindú atrae a cientos de miles de visitantes tanto de dentro como de fuera del país, y se espera que "más de 1 millón de devotos visiten el templo de Pashupatinath con motivo de Maha Shivaratri, especialmente de la India", agregó Thapa.

Es por ello que se reforzará la seguridad en la zona con más de 3.000 policías, y se espera que un número similar de naga babas y sadhus (monjes ascetas hindúes), participen en las celebraciones de este festival, según las autoridades del templo.

Esta celebración se retoma en Nepal después de permanecer dos años suspendida por las restricciones de la pandemia de la covid-19, gracias a la bajada de casos que experimenta el país, que parecen apuntar que lo peor se ha dejado atrás.

La nación del Himalaya reportó este martes 476 nuevos casos de coronavirus, una cifra que se aleja de la registrada el pasado 20 de enero, cuando se notificaron 12.300 positivos en un solo día.

El templo hindú Pashupatinath cerró sus puertas a sus devotos por primer vez en marzo de 2020, como parte de las medidas para contener el avance del coronavirus en el país.

El templo volvió a abrir sus puertas en diciembre de ese mismo año, como parte del descenso de positivos, pero en el pasado abril tuvieron que volver a cerrar las instalaciones por la virulenta segunda ola que azotó al país.

Cinco meses después, las puertas se reabrieron hasta que la nueva variante ómicron obligó a cerrar el templo por un tiempo indefinido. EFE

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