El acusado reconoce que quebrantó una orden de alejamiento para acceder al domicilio familiar pero niega que fuera a matarlos

PONTEVEDRA, 29 (EUROPA PRESS)

La Fiscalía ha ratificado su petición de condena a 24 años de cárcel para un vecino de Ponteareas (Pontevedra) al considerar que durante el juicio ha quedado "claramente acreditado" que es el autor de un delito de asesinato en grado de tentativa cometido contra su ex esposa, de un delito de homicidio en grado de tentativa contra su hijo y de un tercer delito de quebrantamiento de condena, ya que tenía vigente una orden de alejamiento sobre su ex mujer.

La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha dejado este martes visto para sentencia este juicio. La fiscal ha señalado que el testimonio ofrecido por el hijo de la víctima tiene "verosimilitud, ausencia de incredibilidad subjetiva y persistencia en la incriminación" que está, además, "reforzado" por la "innumerable" cantidad de pruebas que se han aportado a lo largo de la vista oral.

Las declaraciones de la expareja y del hijo se produjeron a puerta cerrada. La mujer sufre una amnesia parcial y solo recuerda que pidió auxilio porque le estaba pegando.

El pasado 9 de enero de 2020 el acusado había sido condenado por un delito de amenazas al decirle a su mujer que no iba a llegar viva a las Navidades y que le iba a cortar el cuello. El juzgado le prohibió acercarse a menos de 100 metros de su esposa.

DIVORCIO

Apenas seis días más tarde, se celebró la vista del divorcio que acordó que el domicilio familiar, una vivienda que había recibido el acusado en herencia, sería utilizado por cada uno de los cónyuges por un periodo alterno de seis meses. Esta medida le causó "gran malestar" como él mismo admitió en un bar del pueblo.

El acusado reconoció que ese día quebrantó una orden de alejamiento para acceder al domicilio familiar. Según su propio testimonio, dejó el coche apartado en un camino a 500 metros de la casa. "No quería que me viesen", admitió. Al entrar en la vivienda saludó a su exmujer y a esta "le dio algo y se desmayó en el suelo", afirmó ante el tribunal, "cayó contra un congelador". "No la golpeé", aseguró.

Uno de los cuatro hijos de este matrimonio, que se encontraba en la vivienda, acudió entonces a la cocina. "Se dirigió a mi, nos agarramos uno y otro y caímos al suelo", ha manifestado. "Me fui", declaró el acusado.

Este hombre afirmó que no llevaba nada en la mano y no supo explicar porqué su ropa estaba llena de sangre. Tampoco avisó a nadie de que su mujer y su hijo estaban inconscientes en el suelo de la casa familiar. "No se me pasó", afirmó. Cuando llegó la Guardia Civil a su vivienda lo encontraron "tranquilo" de ánimo y "frío" en sus respuestas.

Los vecinos de esta familia vieron al joven sangrando por la cabeza y pidiendo auxilio porque su padre estaba matando a su madre.

En su informe final la fiscal indicó que el hombre se escondió en un anexo de la vivienda con el propósito de atacar a su expareja "con alevosía" sin que ésta le viese y tuviese ocasión de defenderse. Tampoco esperaba que estuviese nadie más en la casa porque hacía años que vivían solos desde que sus hijos se fueron de casa tras independizarse.

Para atacar a su excompañera utilizó "un objeto contundente" de hierro para golpearla en la cabeza "con un ánimo homicida claro", señaló la fiscal. Posiblemente usó el atizador de la chimenea o una machada, el primer objeto no apareció pero fue descrito por el hijo mientras que la machada se encontró en el lugar del suceso con restos biológicos de la víctima, tal y como indicó el laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil.

HERIDAS DEFENSIVAS

Las forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) rechazaron que las lesiones que presentaba la mujer fuesen compatibles con un desvanecimiento tal y como argumentaba al acusado. Presentaba una herida inciso contusa de gran extensión en la cara desde la boca hasta la carótida, con una pérdida parcial de la oreja. Las heridas que presentaba el hijo en los brazos eran "defensivas" presentando un golpe inciso contuso en la cabeza "producido con un objeto contundente" e incompatible con una caída.

Las lesiones de la mujer demuestran que el agresor supuestamente había continuado golpeándola "con reiteración y brutalidad" con ese objeto. La mujer sufrió diferentes secuelas tras la agresión y necesitó varias intervenciones quirúrgicas y perdió el bazo.

Por todo ello, además de la petición de condena a 24 años de cárcel la fiscal solicita una indemnización de 50.000 euros para la mujer y de 15.000 euros para el hijo.