19.04.2024 |
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La familia de mujer degollada en Mancha Real (Jaén) pide justicia al jurado y poder vivir tranquilos

Familiares de la mujer degollada en 2020 en Mancha Real (Jaén) han pedido justicia al jurado que juzga el caso en la Audiencia de Jaén, mientras que testigos presenciales han relatado cómo vieron al acusado encima de la víctima "serrándole" el cuello y sin que ésta pudiera defenderse ya que la tenía "inmovilizada" en el suelo.
La familia de mujer degollada en Mancha Real (Jaén) pide justicia al jurado y poder vivir tranquilos

JAÉN, 8 (EUROPA PRESS)

Familiares de la mujer degollada en 2020 en Mancha Real (Jaén) han pedido justicia al jurado que juzga el caso en la Audiencia de Jaén, mientras que testigos presenciales han relatado cómo vieron al acusado encima de la víctima "serrándole" el cuello y sin que ésta pudiera defenderse ya que la tenía "inmovilizada" en el suelo.

"Que se haga justicia con mi madre y que podamos vivir tranquilos y seguir con nuestra vida", han sido las palabras de Ana, una de las tres hijas de la fallecida. Han coincidido en que su madre vivía "atemorizada" por "el miedo" que le tenía a su tío. Ana ha lamentado que a, pesar de las múltiples denuncias interpuestas contra él y de tener en vigor una orden de alejamiento de su madre, "la justicia falló" y se cumplieron las amenazas.

Beatriz, otra de las hijas de la fallecida ha descrito al acusado como "una persona que no soporta que se le lleve la contraria, en cuanto se le lleva la contraria tienes problemas con él". Las hijas de la víctima han rechazado que el acusado fuera una persona con problemas con el alcohol y las drogas, al tiempo que han señalado que lo recuerdan bebiendo cerveza sin alcohol.

Han asegurado que siguen teniendo miedo porque "él está en la cárcel, pero su familia sigue en la calle", máxime cuando a los seis meses de morir su madre, desapareció uno de sus gatos para después encontrarlo degollado en la puerta de la casa.

También la madre del acusado y de la víctima ha declarado ante el jurado. A sus 88 años ha dicho que su hijo para ella ya está muerto y enterrado. "Ya lo enterré, para mí está muerto. Ya no lo quiero ni muerto ni vivo", ha dicho al jurado.

A pesar de sus problemas de audición por lo avanzado de su edad, la madre del acusado ha dicho que el desencadenante de los problemas vino por el uso de su trastero por el hijo del fallecido, supuestamente para venta de droga. Eso la llevó a cambiar la cerradura y a poner los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, lo que molestó al acusado.

La madre ha relatado cómo el día en el que ocurrieron los hechos su hijo se presentó en su casa, amenazando de muerte e insultando a ella y a sus hermanas. "Siento lo de mi hija, lo que me está haciendo a mí, me ha faltado mucho", ha dicho la madre.

Por otro lado, este martes ha sido el turno también para los testigos que presenciaron la muerte de Manuela, de 52 años. Tres en concreto han declarado que la víctima se encontraba tirada en la calle boca abajo y el acusado estaba encima de ella. "Le sujetaba la cabeza y le aserró el cuello", ha dicho uno de los testigos, que ha descrito el movimiento que hacía el acusado con el serrucho de podar.

Asimismo, han indicado que cuando le llamaron la atención, el acusado abandonó el lugar en su propio coche. Todos ellos han manifestado que no percibieron signos de embriaguez en el acusado.

Manuela no falleció en el acto. Uno de los testigos se quitó la camiseta para intentar parar la hemorragia, pero antes de que llegara la ambulancia ya había muerto.

Durante toda está jornada de martes está previsto que sigan declarando testigos con el objetivo de que este miércoles puedan declarar los peritos.

Los hechos que se enjuician tuvieran lugar el 25 de septiembre de 2020 cuando tras reiteradas denuncias de la fallecida contra el acusado, a plena luz del día, el acusado supuestamente abordó a su hermana y con el serrucho de podar las ramas de los olivos la degolló.

El fiscal y las acusaciones particulares sostienen que lo hizo "abalanzándose sobre ella súbitamente por detrás, aprovechando de este modo para cogerla y ponerle el serrucho en el cuello por delante".

El fiscal hace constar que en el momento de los hechos el acusado "tenía intactas sus facultades para comprender sus actos y la voluntad para decidir". Por su parte, la defensa mantiene que su cliente actuó bajo un trastorno mental transitorio agravado y también bajo los efectos del alcohol y las drogas.

Tras matar a su hermana, el acusado se dirigió al cuartel para entregarse, aunque también allí se enfrentó a los agentes, extremo también que rechazó el acusado en su declaración ante el jurado.

Las penas que se solicitan para el acusado van desde los 27 años que pide el Ministerio Fiscal a los 32 años de prisión de las acusaciones particulares.

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