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Las estrategias de subsistencia exclusivamente humanas pudieron haber facilitado su desarrollo social y cultural

Los seres humanos se permiten los elevados costes energéticos de la vida humana no a través de adaptaciones que ahorran energía, como el bipedismo o el uso de herramientas sofisticadas --que disminuyen la energía necesaria para obtener alimentos--, sino adquiriendo energía a un ritmo mucho mayor que nuestros primos evolutivos más cercanos, los grandes simios.
Las estrategias de subsistencia exclusivamente humanas pudieron haber facilitado su desarrollo social y cultural

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

Los seres humanos se permiten los elevados costes energéticos de la vida humana no a través de adaptaciones que ahorran energía, como el bipedismo o el uso de herramientas sofisticadas --que disminuyen la energía necesaria para obtener alimentos--, sino adquiriendo energía a un ritmo mucho mayor que nuestros primos evolutivos más cercanos, los grandes simios.

Los hallazgos de un nuevo estudio de la Universidad de California, en Estados Unidos, y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Alemania, publicados en la revista 'Science', ilustran que los humanos no son "economizadores" de costes, sino que han evolucionado para funcionar como organismos de alto rendimiento que gastan grandes cantidades de energía para adquirirla a un ritmo excepcionalmente rápido; esto puede haber permitido a nuestra especie disponer de tiempo libre para el desarrollo social y cultural.

Rasgos únicos de los humanos, como los grandes cerebros y los largos periodos de desarrollo y de vida, imponen unos costes energéticos extraordinariamente altos en comparación con otros grandes simios. Sin embargo, aún se desconoce cómo las estrategias de subsistencia humanas únicas se adaptan a un presupuesto energético tan amplio y hasta qué punto reducen los costes energéticos y/o temporales de la subsistencia en comparación con otros grandes simios.

Además, no existen comparaciones directas entre especies. Thomas Kraft y sus colegas de la Universidad de California y el Instituto Max Planck evaluaron la ingesta y el gasto de energía en sociedades modernas de cazadores-recolectores y horticultores (los Hadza de Tanzania y los Tsimane de Bolivia) y otros grandes simios.

Descubrieron que, aunque los humanos gastan más energía en la búsqueda de alimentos y en la agricultura, adquieren más energía y a un ritmo más rápido que los grandes simios. Los resultados sugieren que la energía obtenida gracias a las mejoras de la eficiencia en la evolución humana se canalizó principalmente hacia una mayor adquisición de alimentos en lugar de facilitar su obtención.

Según los autores, esta estrategia sólo podría ser compatible con una especie altamente cooperativa y social como la nuestra y puede haber contribuido a facilitar el desarrollo de estos rasgos en nuestra especie.

Las estrategias de subsistencia exclusivamente humanas pudieron haber facilitado su desarrollo social y cultural
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