Atenas, 10 ene (EFE).- Alrededor de 1,6 millones de estudiantes y profesores regresaron este lunes a las aulas en Grecia en medio del pico de contagios de la variante ómicron, que constituye ya alrededor del 90 % de los contagios de covid.

Según informó el Ministerio de Educación, en las pruebas caseras realizadas durante el domingo se detectaron unos 15.000 casos positivos, lo que apunta a una posible escalada en los próximos días.

Sin embargo, el ministerio no mostró preocupación por esta situación y aseguró que estos contagios no se habrían detectado si las escuelas no hubieran reabierto, sino que el virus habría circulado libremente en la comunidad.

En algunos colegios se formaron aglomeraciones pues los pequeños se agolpaban ante la entrada mientras se les controlaba su prueba negativa.

Según los medios locales, se calcula que alrededor de 150.000 escolares y profesores, es decir en torno al 10 % del total, no han podido hacerse la prueba durante el fin de semana por haberse agotado en las farmacias.

Ahora son los propios centros educativos los que han obtenido remesas de test que han ido entregando esta mañana a los que se quedaron sin poder hacerla.

Para las bajas entre los maestros el plan de contingencia prevé que los profesores presentes que tengan menos horas de clase asuman sus tareas, para así evitar que los niños tengan que regresar a casa.

El retorno a las aulas se hará prácticamente con las mismas medidas preventivas que se venían aplicando hasta ahora y tan solo en la primera semana de clase los alumnos y profesores deberán someterse a tres pruebas de antígenos en lugar de dos.

Los profesores y alumnos vacunados podrán hacer pruebas caseras costeadas por el Estado, mientras que los maestros no vacunados deberán pagarlas de su bolsillo y hacer los test de farmacia.

El protocolo previsto cuando se produce un caso contempla que todos los alumnos deberán someterse a una prueba durante cinco días consecutivos, y un aula tan solo cerrará si más de la mitad de los estudiantes están contagiados.

El alumno afectado deberá guardar una cuarentena de cinco días, y si ya no hay síntomas ni fiebre, puede regresar a clase.

El Gobierno ha defendido la vuelta al colegio a pesar de la explosión de casos con el argumento de que el entorno de las escuelas es más seguro pues se puede monitorear mejor, al controlarse la situación dos veces por semana. EFE

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