19.04.2024 |
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Calviño entra en escena, en pleno culebrón político

Calviño y Díaz.
Calviño y Díaz.
Calviño entra en escena, en pleno culebrón político

Estamos en pleno culebrón, en el “sálvame” de la política, en un sinvivir pensando cual será  la siguiente maniobra de Yolanda Díaz para hacerse valer y demostrar al mundo  que  Sánchez come de su mano.  El órdago fue importante,  pues afirmó con  voz rotunda  “Vamos a derogar la reforma laboral a pesar de todas las resistencias”.  Fue en la clausura del congreso de CC.OO, y Yolanda fue saludada con los gritos de “presidenta, presidenta”.

Sánchez hasta ahora daba largas, y  Calviño callaba  ante los avances de su compañera aunque sabía que estaba perdiendo prestigio a chorros al mantenerse  inmóvil ante las manifestaciones públicas  de la vicepresidenta segunda. Personas  que tenían de Calviño  el mejor concepto empezaban a perderlo, porque  se mantenía quieta mientras  cuando  Yolanda Díaz echaba  por tierra  la  credibilidad  de  Calviño en Bruselas, donde había asegurado que  no habría tal derogación, sino como mucho una reforma.  Que sería pactada con  la UE, pues de ese pacto dependía algo de tanta relevancia para España como la llegada de los fondos de recuperación económica.  

No se sabe  todavía si  Sánchez se cayó finalmente del guindo al escuchar  los gritos de “presidenta” a Yolanda Díaz, o si fue cuando Podemos le exigió una reunión  del comité de coordinación que controla el cumplimiento de los pactos de gobierno.  O reaccionó cuando Nadia Calviño, al fin, se atrevió a decirle al presidente que era necesaria una reunión para analizar en profundidad todo lo relacionado con la reforma laboral, porque era mucho lo que estaba en juego.  Fuera una cosa, la otra o la otra, Sánchez –que debe ser el único español que no ha advertido   hace semanas que Yolanda quiere ser él,  quiere  ser presidenta del gobierno-  convocó la comisión que pedía Podemos, pero con cinco ministros del Psoe con carteras directamente implicadas en los asuntos laborales. Con Nadia Calviño al frente de ese equipo … y de todo lo  relacionado con la tan controvertida derogación de la reforma laboral.

El presidente y Calviño  han colocado en su sitio a Yolanda Díaz este fin de semana, después de verla  tan crecida. Pero  como Calviño no juegue bien sus cartas y consiga convencer a Sánchez de las consecuencias pésimas  que tendrían para España  las políticas de su compañera Díaz, la pérdida de los fondos europeos,  Pedro Sánchez  se verá  en una situación imposible. Porque, desgraciadamente para él, se está cumpliendo todo lo que se auguraba sin que Sánchez lo tuviera en consideración:  las iniciativas de Yolanda Díaz no las acepta Bruselas,  Ribera no acierta con sus propuestas energéticas,  la falta de suministros de casi todo ya ha llegado sin que se hayan tomado medidas cuando debieron tomarse, y a pesar del paro hay sectores enteros que buscan trabajadores sin encontrarlos,  lo que pone al bordo del abismo a grandes,   pequeñas y medianas empresas.

Nos esperan días problemáticos … y con Yolanda Díaz en pìe de guerra.

Calviño entra en escena, en pleno culebrón político
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