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Astrónomos 'toman el pulso' a un agujero negro

Un agujero negro forma una gran corona antes de emitir chorros. Así lo revela el gráfico de latidos que un equipo de astrónomos ha realizado de un agujero negro y una estrella orbitando entre sí.
Astrónomos 'toman el pulso' a un agujero negro

MADRID, 7 (EUROPA PRESS)

Un agujero negro forma una gran corona antes de emitir chorros. Así lo revela el gráfico de latidos que un equipo de astrónomos ha realizado de un agujero negro y una estrella orbitando entre sí.

El equipo, dirigido por Mariano Méndez de la Universidad de Groningen (Países Bajos), publicará resultados en Nature Astronomy.

Así como la sangre en un corazón humano no puede estar en la aurícula y los ventrículos al mismo tiempo, un agujero negro también parece recolectar material y calentarlo en una llamada corona, y luego escupirlo en chorros. "Parece lógico, pero ha habido un debate durante 20 años sobre si la corona y el chorro eran simplemente la misma cosa. Ahora vemos que surgen uno tras otro y que el chorro sigue a la corona", dice el investigador principal, Mariano Méndez, de la Universidad de Groningen, que publica resultados en Nature Astronomy.

"Fue todo un desafío demostrar esta naturaleza secuencial. Tuvimos que comparar datos de años con segundos, y de energías muy altas con energías muy bajas".

Los investigadores recopilaron 15 años de datos de varios telescopios. Entre otros, apuntaron el Rossi X-ray Timing Explorer hacia el agujero negro GRS 1915+105 desde el espacio aproximadamente cada tres días y recolectaron radiación de rayos X de alta energía de la corona. Los astrónomos combinaron los datos de rayos X con los del Telescopio Ryle. Esta es una colección de antenas de radio a unos noventa kilómetros al norte de Londres, que recogen radiación de radio de baja energía del chorro del agujero negro casi todos los días.

El agujero negro GRS 1915+105 no es un agujero negro aislado, sino un sistema doble formado por un agujero negro y una estrella normal que giran uno alrededor del otro. Este doble sistema se encuentra en nuestra Vía Láctea a unos 36.000 años luz de nosotros en dirección a la constelación de Aquila. El agujero negro pesa unas 12 veces más que nuestro Sol, lo que lo convierte en uno de los agujeros negros estelares más pesados que se conocen.

Ahora que los investigadores han probado la secuencia, todavía quedan algunas preguntas sin respuesta. Por ejemplo, la radiación de rayos X que los telescopios recogen de la corona contiene más energía de la que puede explicarse únicamente por la temperatura de la corona. Los investigadores sospechan que un campo magnético proporciona energía extra. Este campo magnético y la energía que lo acompaña también podrían explicar por qué se forman los chorros. Si el campo magnético es caótico, la corona se calienta. Si el campo magnético se vuelve menos caótico, el material puede escapar a través de las líneas de campo hacia un chorro.

Los investigadores sugieren que el principio que demostraron también puede aplicarse a agujeros negros más pesados, por ejemplo, al agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia.

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