20.04.2024 |
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Un año de Filomena, la "nevada del siglo" que paralizó Madrid y abocó a su primera declaración de zona catastrófica

Hace un año Madrid se preparaba para la llegada del temporal bautizado 'Filomena', que se esperaba que dejaría nieve en la capital, una previsión que con el paso de las horas se transformó en la "nevada del siglo", paralizando varios municipios de la región y abocando a la capital a pedir días después la primera declaración como zona catastrófica de su historia.
Un año de Filomena, la "nevada del siglo" que paralizó Madrid y abocó a su primera declaración de zona catastrófica

MADRID, 7 (OTR/PRESS)

Hace un año Madrid se preparaba para la llegada del temporal bautizado 'Filomena', que se esperaba que dejaría nieve en la capital, una previsión que con el paso de las horas se transformó en la "nevada del siglo", paralizando varios municipios de la región y abocando a la capital a pedir días después la primera declaración como zona catastrófica de su historia.

Por entonces la Agencia Española de Meteorología (Aemet) advertía de que podía llegar a depositar hasta 20 centímetros de nieve y ante ello, consistorios, el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Adif y la Comunidad desplegaban un operativo que no estaba dimensionado para la tormenta que se avecinaba y que imposibilitaría durante días la salida de vuelos, trenes y autobuses.

Filomena llegó y paralizó Madrid. Las carreteras se hacían prácticamente intransitables, colas de coches se quedaron estancados en grandes atascos provocados por la borrasca --que sus dueños tendrían que recoger días después--. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) suspendía sus servicios mientras centros deportivos, bibliotecas, museos y centros culturales cerraban sus puertas.

Pero el caos se quedó en la superficie. La región hizo uso de uno de sus principales valores, una extensa red de Metro que siguió bombeando, que no durmió en 211 horas, permitió los desplazamientos durante esas primera horas de colapso sobrevenido y que se transformó en albergue improvisado para las personas sinhogar durante toda la crisis.

ESQUÍ POR LA GRAN VÍA, BOLAS DE NIEVE EN CALLAO Y MUÑECOS EN SOL

Tras convertirse en epicentro informativo por la situación de incertidumbre del viernes, las imágenes de vehículos atrapados, vuelos cancelados y desconcierto dieron paso a otras totalmente distintas.

Los madrileños se agolparon --contra las indicaciones de las autoridades-- en las calles y transformaron la Gran Vía en una pista de esquí, Callao en escenario de una batalla de bolas de nieve y los muñecos de nieve se erigieron en la Puerta del Sol mientras una multitudinaria conga en época Covid se hacía viral en las redes sociales.

Al otro lado, movían ficha las autoridades en busca de reactivar la ciudad, de eliminar el hielo y la nieve que se agolpaba no solo en las grandes carreteras, sino también a las puertas de comercios, en las vías de los trenes y en las pistas de aterrizaje. Para ello el Gobierno de España envió como apoyo a las dotaciones del Ejecutivo regional a la Unidad Militar de Emergencia (UME).

Un total de 147 efectivos y 66 vehículos se sumaron para hacer viable el tráfico rodado en la región mientras la Comunidad comunicaba que colegios, institutos y universidades no abrirían sus puertas el lunes y el martes.

La presidenta, Isabel Díaz Ayuso, pedía no salir a la calle y explicaba que el primero de los objetivos era recuperar la normalidad en los accesos a los hospitales, que seguían haciendo frente a la pandemia con cifras de vacunación mínimas, pero que se siguieron inoculando a pesar del temporal.

El Ayuntamiento de Madrid también buscaba paliar los efectos de la nieve y habilitaba 157 nuevas plazas de la Campaña del Frío para dar alojamiento a personas sin hogar, pusieron a disposición espacios para los vecinos de la Cañada Real Galiana --que llevaban meses sin luz-- y compraron mantas calefactores para que pudieran hacer frente al frío.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, por su parte, agradecía al Ejecutivo central la presencia de la UME, pedía a los madrileños no salir a la calle y advertía de que la normalidad tardaría al menos una semana en llegar.

COMIENZA LA NORMALIZACIÓN Y LA LIMPIEZA DE LA NIEVE

En ese punto comenzó la carrera contra el hielo. Desde la Comunidad se pidió a los ciudadanos que ayudasen a despejar toda la nieve posible antes de que se solidificase. Ahí las palas se convirtieron en un bien deseado y los madrileños, tras el primer momento de euforia, se afanaron a retirar los restos de Filomena y ayudar a los efectivos de las administraciones, incluido el presidente del PP, Pablo Casado.

El primer momento de caos dio paso a la información y el Ejecutivo regional comenzó a dar ruedas de prensa diarias para informar sobre la situación y cómo se iban logrando hitos como despejar las carreteras o habilitar el acceso a Mercamadrid --y con él el suministro a los supermercados--, ya que hubo un punto en el que casi 1.000 caminos esperaban embolsado en áreas de servicio de la A-4 a la espera de poder acceder a la capital.

Poco a poco Madrid fue recuperando la aparente normalidad, se iban despejando las calles --aunque las más pequeñas tardarían días en limpiarse-- y comenzaba el balance de daños.

Uno de los menos aparentes fue el efecto de la nevada en las donaciones de sangre, paralizadas por la imposibilidad de acceder a los hospitales. Ante ello, la Real Casa de Correos se convirtió en macropunto de donación y consiguió restablecer las reservas a los niveles necesarios.

800.000 ÁRBOLES AFECTADOS EN MADRID

En la capital uno de los principales efectos de 'Filomena' fue sobre el arbolado. Miles de árboles habían caído tanto en el viario público como en los grandes parques como El Retiro o la Dehesa de la Villa, por ello, desde el Consistorio se pidió que se extremase la precaución al andar por la calle y los grandes espacios verdes mantuvieron cerradas sus puertas durante meses, a la espera del análisis de la situación de la masa arbórea.

Concretamente los estudios posteriores del Ayuntamiento cifraron en 800.000 los árboles afectados, de los 1,7 millones presentes, de los que 120.000 no fueron recuperables, un año después ya ha arrancado la plantación de 100.000 para sustituirlos.

La recuperación fue lenta y la propia vicealcaldesa, Begoña Villacís, pidió perdón una semana después de que la borrasca congelase la ciudad porque Madrid no estaba "como debería estar" pese al "esfuerzo enorme" llevado a cabo.

La vuelta a la normalidad trajo consigo el que se convertiría en punto de fricción entre el Gobierno central con la Comunidad y el Ayuntamiento: la designación de zona afectada por una emergencia de protección civil --antes llamada zona catastrófica--.

Ayuso anunció que apoyaría a los municipios que la solicitasen y varios, incluido la capital, lo solicitaron. Esta declaración incluía, entre otros, fondos estatales para compensarlos efectos de la borrasca.

FONDOS POR ZONA CATASTRÓFICA

El Consejo de Ministros aprobó la de Madrid y en un primer momento, el Gobierno local cifró en 1.398 millones de euros los daños causados por 'Filomena' en la ciudad, basado en los "perjuicios a la actividad económica y en los daños materiales". Esta cifra bajó finalmente hasta los 279 millones de euros reclamados al Ejecutivo central.

Así, la pasada semana el Ayuntamiento recibió un total de 1.467.857,01 euros como primer pago de las ayudas del Gobierno de España, una cifra que distaba de los 60 millones de euros que había pedido en concepto de gasto en contrataciones de emergencia para este primer paquete de ayudas. Una cifra que Almeida ha tachado de "aguinaldo" y ha censurado que desde el Gobierno nacional pretendan compensar a la capital con "50 céntimos por habitante".

PREPARADOS ANTE UNA NUEVA FILOMENA

La experiencia de 'Filomena' no solo enfrentó a la región a una situación sobrevenida y difícil de gestionar, sino que puso en el punto de mira la necesidad de mejorar los mecanismos de reacción ante catástrofes naturales.

Por ello, entre otros, el Ejecutivo regional de cara a la llegada del invierno reforzó el pasado diciembre Plan de Inclemencias Invernales, que cuentan este 2022 con un total de 5.424 efectivos, 356 más que el anterior, y 574 vehículos.

Entre sus novedades se encuentran herramientas para la colaboración público-privada para minimizar los riesgos y restablecer cuanto antes la normalidad en el caso de que se produzca algún fenómeno meteorológico adverso.

Un año de Filomena, la "nevada del siglo" que paralizó Madrid y abocó a su primera declaración de zona catastrófica
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