28.04.2024 |
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Julia Navarro
08:04
20/10/23

Siete votos

Me parece acertada la reflexión del ex Presidente González, en la entrevista con Susanna Griso, de que un asunto como la amnistía debería de ser consultado a los ciudadanos.

Y es que una cosa es cambiar de opinión y otra que ese cambio de opinión suponga modificar la Constitución por la puerta de atrás, y poner en marcha leyes que suponen la desigualdad entre los ciudadanos. Leyes que pasan porque el Estado pida perdón a quienes convocaron un referéndum ilegal y proclamaron una "republica" en la Comunidad Autónoma de Cataluña. En definitiva, la amnistía pasa porque el Estado rinda cuentas a quienes quebraron la legalidad provocando una gravísima crisis institucional.

Una decisión de ese calibre no es un mero cambio de opinión sino que supone una alteración de la Constitución y por tanto los ciudadanos tenemos derecho a votar si queremos que esto se lleve a cabo.

Pero ¿se atreverá Pedro Sánchez a confrontar su decisión en las urnas ya fuera convocando una consulta o celebrando elecciones generales y llevando en su programa electoral como medida estrella la amnistía para los que se saltaron la ley poniendo en marcha el "proces"?

Me temo que no, que Pedro Sánchez no lo hará por miedo a que el resultado de las urnas no le resultara favorable. Sin embargo consultar a los ciudadanos en un asunto como este es una exigencia democrática.

Claro que un gobernante puede cambiar de opinión pero no sobre un asunto como saltarse la Constitución por la puerta de atrás con una reforma que no ha sido aprobada por los ciudadanos y además divide a la sociedad.

Y tiene también razón Felipe González cuando señala que si Pedro Sánchez no tuviera necesidad de los siete votos de Junts no se estaría planteando esta cuestión.

González ha señalado lo evidente: Pedro Sánchez está actuando por interés personal, por el deseo incontrolable de continuar en la Moncloa, y para ello está dispuesto a hacer cualquier cosa que le garantice seguir en el poder.

Y sí, Felipe González cometió errores y tomó decisiones equivocadas durante sus años como Presidente, pero nunca en su propio beneficio ni por ansia de poder.

Sin duda el pasado 23 de julio muchos ciudadanos votaron a Pedro Sánchez pero en ese voto no había un cheque en blanco para que haga y deshaga a su antojo en función de sus intereses personales. Por tanto está abusando de la confianza depositada por los votantes cuando eligieron la papeleta del PSOE, sobre todo porque hasta el día antes de las elecciones aseguraba rotundamente que la amnistía no cabía en la Constitución. En un asunto como este la decisión de conceder una amnistía no es un simple cambio de opinión como, con una buena dosis de frivolidad y de cinismo, ha dejado dicho el ex Presidente Rodríguez Zapatero.

En los últimos años estamos viendo cómo algunas democracias se deslizan hacia la autocracia. Cómo gobernantes elegidos democráticamente retuercen las leyes en función de sus planes e intereses. Ojalá nuestro país no termine deslizándose por esa senda.

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