27.04.2024 |
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Feijoo ganó con solvencia y Sánchez perdió

Feijoo ganó con solvencia y Sánchez perdió

Resistiré la tentación de comentar 'in extenso', porque muchos lo han hecho ya desde todos los prismas, ese desastre que fue el 'cara a cara' entre el presidente del Gobierno y el aspirante a serlo; un combate que ganó, desde luego, Feijoo o, más bien, perdió Sánchez. Quisiera fijarme, más bien, en el próximo espectáculo televisivo, que tendrá lugar el 19 de julio en Televisión Española y al que acudirán Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal. Y Feijoo, el ganador en las encuestas y en el show de este lunes en Atresmedia, puede resultar el claro perdedor el 19-j si persiste, que me temo que persistirá, en dejar su silla vacía.

Todos dispararán contra el ausente, porque todos tienen algo que rebañar en el caladero de votos del PP. Sobre todo, claro, el líder de Vox, que se quedará solo frente a dos aliados, es decir, Sánchez y Yolanda Díaz, que se han tratado exquisitamente durante toda la campaña y que ya nos han anunciado su intención de coaligarse si los números se lo permiten: dos en uno. Dejar a Abascal como único opositor al frente PSOE-Sumar, en un programa que verán millones de personas y que tendrá lugar a cuatro días de las elecciones, me parece un disparate. Feijoo, escucho en muchos ambientes que le apoyan, no debe dejarse llevar ni por el miedo a un fiasco, ni por sus rencores contra la televisión pública, ni por falsas justificaciones que a nadie convencen, como que lo justo sería un debate 'a siete' y no 'a cuatro'. Ese imposible debate, que a mí me gustaría que se produjese, sería otro cantar y ahora entrar en ello simplemente 'no toca'.

Lo catastrófico de estos espectáculos televisivo-electorales no es la falta de preparación de los candidatos --Sánchez está a caballo entre la UE, la OTAN, su revisión de la historia, sus ambiciones personales... mucha tela como para fijar su mente en un combate contra Feijoo, que tiene mucho que ganar en estos encuentros--; lo peor es la falta de regulación oficial, el absentismo de la Junta Electoral, la competencia entre los medios y la falta de compromiso de los asesores (y de los propios candidatos) con los temas que verdaderamente importan, como ese cambio social, tecnológico, moral y político que se cierne sobre el mundo, sobre Europa, sobre España y del que ni Feijoo ni Sánchez, lanzados a lo previsible, lo de siempre, dijeron ni una palabra.

En fin, reservemos asiento para el siguiente espectáculo, no sé si de boxeo, circense o de espiritismo evanescente. Un espectáculo en el que me parece que el líder del PP, el hombre que, hoy por hoy y pese a todo, tiene más posibilidades de convertirse en el próximo presidente del Ejecutivo del Reino de España, debería ocupar un atril protagonista. ¿Cuál es la ventaja de no hacerlo, señor candidato?

Feijoo ganó con solvencia y Sánchez perdió
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