28.04.2024 |
El tiempo

Tiempo de Infamias

Tiempo de Infamias

La infamia es hoy el valor de referencia de la política española. Ha pasado a ser el fiel de la balanza, el peso y la medida del éxito y el traje de gala de nuestros gobernantes.

Ya no se esconde. Se proclama. Y es aplaudida como virtud máxima por los seguidores de quienes la han convertido en llave y talismán para la obtención y mantenimiento del poder. ¿Qué otra definición cabe en lo que estamos contemplando?

¿Cómo calificar que mientras la tumba de un compañero asesinado por defender la democracia y la vida, Fernando Buesa, es profanada y se arrojan excrementos sobre ella, quienes se cobijan en esas mismas siglas pactan y entregan a quienes no solo no han abjurado si no que se enorgullecen de sus actos criminales, la presidencia de las municipalidades en Navarra?.

¿Cómo llamar a que un prófugo, un golpista sedicioso sea no solo perdonado de sus delitos, sino que estos se conviertan en heroicas virtudes y la Constitución, nuestras leyes, nuestra Justicia todos quienes las defendieron (ellos hasta ayer mismo) y nuestra soberanía como pueblo arrastrada y entregada a su voluntad porque Sánchez, lo necesita para amarrarse al poder y para ello, por ello y solo por ello nos vende a todos?.

Y cuando en estas andamos encenagados, llega la de la otra cara del gobierno, del actual y del que se perpetra junto a las dos infamias anteriores.

El terrorismo mas atroz, fanático y cuya crueldad y desprecio por la vida no sabe de limite alguno, se desata en una horrible masacre, disparando, torturando, violando, secuestrando y como colofón exhibiendo los cadáveres y despojos de sus víctimas. ¿Y que sucede en España? Pues algo tan atroz que una parte de nuestro gobierno encabezado por la vicepresidenta Yolanda Diaz, junto a todas las facciones y pelajes de la extrema izquierda en comunión con sus socios separatistas, no solo no se horrorizan como cualquier ser humano con una mínima decencia por serlo sino que se dedican a justificarlo y comprenderlo, eso los "moderados" pues otros van mas allá en su abducción ideológica, y se dedican a jalearlo como una victoria.

Y piensa uno, en la desolación y la tristeza mayores, que si la atroz matanza de esos cientos de jóvenes indefensos que bailaban, parece que por la paz como perverso sarcasmo, en vez de haberse perpetrado contra ellos se hubiera hecho contra un rebaño de ovejas y hubieran sido estas imágenes las que hubieran aparecido despanzurradas y sanguinolentas ante nosotros, la repulsa hubiera sido mucho más unánime y estruendosa.

No hay mas. Vivimos tiempos infames. Que empieza a sonar a preludio de otros finales.

Tiempo de Infamias
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