El Gobierno de Cantabria ha decidido mantener la recomendación del uso de mascarillas en centros sanitarios, sin imponer su obligatoriedad, desmarcándose así de la propuesta del Ministerio de Sanidad. La medida se ha tomado en respuesta a la situación epidemiológica actual, que, según el consejero de Salud, César Pascual, "no es tan alarmante" como para justificar la obligatoriedad.

En declaraciones a los medios tras participar en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, Pascual explicó que, a pesar de la tensión habitual en invierno, Cantabria no está enfrentando una situación de colapso sanitario similar a la vivida durante la pandemia de COVID-19. Señaló la falta de profesionales de salud debido a bajas y permisos como un desafío adicional.

El consejero rechazó la idea de disparidad de medidas entre comunidades autónomas, enfatizando que se trata de distintas situaciones epidemiológicas. Mientras Cantabria ya ha pasado el pico de la gripe, otras regiones del sur peninsular aún lo esperan en las próximas semanas.

Respecto a la vacunación, Pascual expresó su preocupación por la tasa de vacunación, que está "muy por debajo" de las expectativas. Lamentó la falta de vacunación contra la gripe en niños y destacó la necesidad de concienciar a la población sobre la importancia de las medidas preventivas.

En relación con la posible llegada de un repunte después de las celebraciones de Reyes, Pascual llamó a la prudencia y señaló que, a pesar de la estabilización en urgencias y la tendencia a la disminución en Atención Primaria, la situación podría cambiar con la reciente invernada y la vuelta a clases.

La Consejería de Educación ha emitido una circular recomendando el uso de mascarilla a alumnos y personal con síntomas compatibles con virus respiratorios, instando a no acudir al colegio en caso de fiebre. Pascual enfatizó la importancia de la responsabilidad individual para evitar contagios y llamó a la población a adoptar medidas preventivas durante esta temporada invernal.