Cantabria, un destino preferido por los españoles para escapadas de fin de semana y días festivos, alberga un tesoro natural que merece ser explorado: el Monte Picota. Esta majestuosa montaña, accesible a través de una serena ruta de senderismo, ofrece vistas panorámicas que dejarán boquiabiertos a sus visitantes.

Ubicado a menos de 15 kilómetros de la capital cántabra, Monte Picota es perfecto para disfrutar en familia o con amigos. El inicio de la aventura comienza al oeste del municipio, donde un sendero debidamente señalizado nos guiará. A medida que ascendemos, nos deleitamos con la exuberante flora característica de Cantabria, rodeados de árboles y vegetación verde.

Una vez que hemos seguido las primeras indicaciones, nos adentramos en un camino que inicialmente es amplio, pero que gradualmente se estrecha. Al llegar a un collado blanco, ideal para un merecido descanso, aprovechamos para contemplar el paisaje, tomar fotografías y compartir nuestras impresiones con compañeros de excursión.

Cuando estemos listos para continuar, nos dirigimos hacia la izquierda desde el banco, y pronto nos encontraremos ante el imponente Monte Picota. Desde su cima, se despliega ante nuestros ojos una vista panorámica de Cantabria, donde podemos admirar el río Pas, la ría de Mogro, las playas y dunas de Liencres, así como los pintorescos pueblos circundantes que conforman esta región.

Además de la impresionante vista, Monte Picota nos ofrece una experiencia sensorial única. La agradable brisa acaricia nuestro rostro mientras nos sumergimos en la naturaleza que nos rodea, impregnada con el dulce aroma de las plantas y arbustos locales.

En la cima, descubrimos vestigios de trincheras y búnkeres de la Guerra Civil española, un tesoro para los entusiastas de la historia. Estas antiguas construcciones forman parte de una extensa línea defensiva, que se conserva excepcionalmente bien en Cantabria.