Concretamente hay 52 bares y restaurantes, según fuentes.  De ellos 47 se concentran en la villa y el resto en los pueblos del término municipal.

Un buen ejemplo es el Festival Gastronómico del Mar, que ya ha alcanzado sus 22 ediciones y que promueve la Asociación para el Fomento y Desarrollo de San Vicente de la Barquera y Municipios Limítrofes (AFODEB) junto con la Asociación de Comerciantes Barquereños, contando con la colaboración del Ayuntamiento y de la emisora local Onda Occidental Cantabria.

El evento reúne las excelencias de una cocina creativa con ingredientes del mar a precios populares.
Tiene la villa barquereña  una rica y variada oferta gastronómica, adaptada a todos los bolsillos. La vocación marinera de San Vicente de la Barquera se aprecia asimismo en su gastronomía, que gira en torno a pescados y mariscos. Su máxima expresión en el sorropotún o marmita barquereña, un guiso preparado a base de bonito y patatas.  Precisamente, esta marmita es el principal motivo de una fiesta que todos los años se organiza en la zona de los pinares de la playa.

También se hace un concurso de ollas ferroviarias y marmitas marineras en la plaza Mayor del  Fuero.

No será fácil encontrar una localidad como San Vicente con mayor número de establecimientos de hostelería por metro cuadrado. Su prestigiosa oferta tiene referencias en restaurantes destacados como Boga-Boga, Las Redes, El Augusto, Bodegón y La Ostrería, entre otros.
OSTRAS

Que San Vicente de la Barquera es una villa  que ha vivido y vive del mar Cantábrico es evidente. Su historia  y la oferta de sus muchos y acreditados restaurantes lo atestiguan. La localidad cuenta con un vivero de mariscos en el que la ostra ha tenido, y sigue teniendo, un destacado protagonismo, siendo el único existente en Cantabria.

Enclavado en roca natural y abierto a la costa del mar cantábrico es un sitio privilegiado para la conservación natural del marisco como, langostas, bogavantes, centollos, nécoras, ostras y  almejas.

Cuentan los historiadores que en el Año I AC, Cayo Sergio Orata, inventor de las termas romanas, aprovechando su ingenio y el apetito de la alta sociedad por las ya famosas ostras, desarrolló el cultivo a gran escala de este molusco mediante presas para controlar las mareas y bóvedas para favorecer su cultivo.

Se dice que en aquellos años la ostra de la ría del Portus Vereasueca, actual San Vicente de la Barquera, era ya conocida como una de las mejores valoras del Imperio.

Dos mil años después, en pleno corazón el Parque Natural de Oyambre, en la ría de Rubín, al refugio del mar Cantábrico y bañadas por las aguas del río Escudo, se continua la labor que Cayo comenzara, cultivando de manera artesanal la ostra rizada o japónica, una variedad con una textura inigualable y un sabor repleto de matices que evocan al más puro Cantábrico.

El público puede disfrutar de esta joya gastronómica en el restaurante próximo al vivero, que se ubica en un extraordinario lugar al borde de la entrada de la ría. Es La Ostrería de San Vicente, un espacio para disfrutar de todo lo que nos ofrece el Cantábrico.

Allí se puede degustar ostras al  natural con limón de Novales, así como otras especialidades como la ostra con caviar, la acevichada con chile verde y la ostra en tempura con alioli.