15.05.2024 |
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Racing de Santander. «Fue una tarde inolvidable»

Simón Luca fue la gran sorpresa de la alineación del viernes poniéndose incluso por delante de Isma López, una decisión difícil para el entrenador | Fue su debut en el primer equipo

Simón Luca, centrando un balón durante su primera partido con el primer equipo. / Hardy
Simón Luca, centrando un balón durante su primera partido con el primer equipo. / Hardy
Racing de Santander. «Fue una tarde inolvidable»

Simón Luca fue la gran sorpresa en la alineación que presentó Fernández Romo el pasado viernes. La baja de Satrústegui por acumulación de amonestaciones abrió ahí una vacante pero el cántabro no entraba en las quinielas. Sobre todo, porque su propio entrenador había reconocido unas semanas atrás que todavía no le veía preparado para jugar en el primer equipo. La opción que más fuerza tenía era la más natural, la más lógica o, para ser más precisos, la que respeta los galones, pero el técnico madrileño demostró con su decisión que es verdad que no mira el DNI de los jugadores a la hora de diseñar su once.

No tuvo que ser fácil para Fernández Romo dejar sentado a Isma López. Ya debió ser duro relegarle a la suplencia tras su mal comienzo liguero, pero lo del viernes fue una nueva vuelta de tuerca. Que un jugador de su trayectoria y experiencia ni siquiera sea una segunda opción, puede agitar demasiado el manzano. Hay jugadores veteranos que no lo llevarían nada bien y que pueden terminar intoxicando un vestuario, pero el entrenador del Racing es consciente de que con el lateral navarro cuenta con un profesional que conoce su profesión, que sabe cómo funciona y que mira el colectivo. En el segundo tiempo le tocó entrar para jugar como interior y lo hizo con la misma intensidad que un joven que pudiera estar aprovechando los pocos minutos disponibles para demostrar su valía.

Quien ocupó el sitio que parecía que era para él fue Simón Luca, ese futbolista reclutado del Laredo en el verano del 2020 para hacer la pretemporada con el primer equipo. No pasó el corte, se asentó en el filial y allí fue una pieza clave, pero se lesionó. No lo ha tenido fácil el cántabro, que de partida tampoco parecía que fuera a tener sitio en los planes de Fernández Romo, pero contra el Bilbao Athletic confirmó que puede ser una alternativa para cuando el técnico quiera recuperar a Eneko Satrústegui para el centro de la retaguardia.

«Para mí fue una tarde inolvidable», resume Simón. Es normal. Llevaba mucho tiempo en la órbita del primer equipo, a sólo un paso del debut y de incluso poder asentarse en el mismo, pero no encontraba el modo de darlo. En las últimas semanas había entrado en las convocatorias pero sin salir ni tan siquiera a calentar. De hecho, era difícil entender por qué Fernández Romo se lo llevaba si no iba a tener opciones de jugar, ya que todavía tenía a Isma López por delante. Pero el viernes se confirmó que no es así. Le llevaba porque la alternativa por si a Satrústegui le sucedía algo era él.

«Yo siempre soñé con jugar en El Sardinero, en el estadio al que iba de pequeño a animar, y al final lo pude hacer», se felicita el debutante. Además, lo hizo con victoria sobre el Bilbao Athletic, lo que, como reconoce, «siempre es más bonito». Sentirse importante dentro de un partido que se gana y, de esta manera, «ayudar al equipo», considera que es «algo inolvidable». «Siempre lo voy a llevar conmigo, nunca lo voy a olvidar», apunta el defensor del Racing.

Llegar a ese primer gran objetivo marcado como futbolista tiene más valor aún si, además, el jugador en cuestión viene de pasar «un año difícil por las lesiones». Llegaron justo cuando se le había presentado la gran oportunidad y, en ese sentido, no puede estar más «agradecido a la gente del club que ha estado ahí en el día a día, a los compañeros, entrenadores y psicólogos». «La verdad es que ha sido duro pero al final he conseguido lo que quería y, a partir de ahora, sólo queda seguir», apunta Simón Luca.

Ya fuera desde dentro o desde fuera, el lateral verdiblanco ha visto al equipo, desde el inicio del curso, «bastante bien». Reconoce que la derrota cosechada en León, que él vivió desde el banquillo, fue «un golpe duro por la gente que se desplazó, por la afición» e incluso por ellos mismos. Sin embargo, puso en valor que fueron capaces de «levantar la cabeza» y, en ese sentido, el hecho de jugar pronto, al viernes siguiente, fue un punto a favor para ellos. Y si la historia termina «con victoria, pues mejor para todos».

Simón Luca fue una aparición sorpresiva el pasado viernes que él mismo confía en que no sea demasiado fugaz. Con todo, a buen seguro que había muchos que ni le conocían. Sólo los que suelen seguir los partidos del Rayo. Para quien no lo tenga claro, él mismo se define como un lateral «bastante físico y con bastante recorrido en ataque» que no se complica en ataque, que hace «las cosas fáciles», y que en defensa intenta estar «lo más cerrado posible» para evitar que se generen espacios por su posición.

Confía en poder ir mostrándose más a menudo a los aficionados y que su aparición en el primer equipo tenga cierta continuidad. El viernes, tras el partido que significó su debut, recibió un montón de mensajes que le felicitaban por el paso dado, algo por lo que está «muy agradecido». Con todo, él mismo reconoce que «siempre te acuerdas un poco más, tras las dos o tres lesiones del último año y medio, de los que han estado ahí». «Hay que agradecerles todo lo que han hecho por mí», recalca.

Se abre ahora un nuevo panorama para Simón Luca. Él ya ha demostrado ser un jugador solvente en ese lateral izquierdo y Fernández Romo habrá tomado nota. Por ejemplo, ahora se puede plantear devolver a Eneko Satrústegui al centro de la defensa, que es donde mejor rinde, porque el puesto del tres lo podría tener cubierto con el cántabro. Sobre todo, podría ser una opción ante la baja de Pablo Bobadilla, que hoy se someterá a pruebas médicas para conocer el alcance de su lesión e intuir cuándo podrá estar de nuevo al pie del cañón.

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