Este domingo 10 de marzo, los ciudadanos portugueses acuden a las urnas en un contexto político tenso, influenciado por el 50 aniversario de la Revolución de los Claveles y la sorpresiva renuncia del Primer Ministro António Costa, acusado erróneamente de corrupción. La dimisión de Costa ha puesto fin a la mayoría absoluta socialista, complicando la revalidación en estas elecciones.

Las encuestas muestran una competencia reñida entre los dos principales candidatos: Pedro Nuno Santos del Partido Socialista (PS) y Luís Montenegro del Partido Social Demócrata (PSD), este último presentándose bajo la coalición Alianza Democrática (AD) junto al Centro Democrático Social (CDS) y el Partido Popular Monárquico (PPM). Montenegro lidera las encuestas con un 34%, seguido por Santos con el 28%.

Santos, antiguo ministro de Infraestructuras, busca cambiar su imagen de izquierda y atraer a votantes de centro e indecisos, mientras que Montenegro se presenta como un candidato moderado, distanciándose de la ultraderecha representada por Chega de André Ventura.

El posible escenario postelectoral plantea la opción de alianzas para formar gobierno. Santos descarta la ultraderecha y sugiere una alianza con los liberales, mientras que Montenegro mantiene una posición ambigua. Los socios históricos de los socialistas, la Coalición Democrática Unitaria (CDU) y Livre, también experimentan altibajos en las encuestas.

La última encuesta muestra una ligera ventaja para la izquierda, con PS, Bloque, CDU y Livre sumando un 41%, un punto más que la alianza AD e Iniciativa Liberal. Chega se ubica en tercer lugar con un 16%. La indecisión ha disminuido al 13%, y la abstención ha bajado al 6,9%.

En un posible escenario de Parlamento dividido, Santos y Montenegro no descartan negociar medidas clave, como los presupuestos, caso por caso. Los portugueses eligen 230 diputados para la Asamblea de la República, y se espera una difícil formación de mayoría parlamentaria.