En una medida que ha suscitado amplias discusiones y opiniones encontradas, el presidente argentino Javier Milei ha promulgado una resolución que prohíbe categóricamente el uso del lenguaje inclusivo en las Fuerzas Armadas y todos los organismos del Ministerio de Defensa. La decisión, contenida en un texto firmado por el ministro de Defensa, Luis Petri, fue emitida el pasado viernes y publicada oficialmente el lunes en la página de Presidencia.

La resolución, que tiene un alcance significativo, establece claramente que términos como "soldada" o "generala" ya no tendrán cabida en los entornos militares y de defensa nacional. En sus líneas, se expresa de manera enfática: "Prohíbase la utilización del llamado 'lenguaje inclusivo' en el ámbito del Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas y los organismos descentralizados del ministerio".

Asimismo, se enfatiza la necesidad de emplear el idioma castellano de acuerdo con las normativas y reglamentaciones específicas de cada área, siguiendo los términos y reglas establecidos por la Real Academia Española (RAE) y los manuales vigentes en las Fuerzas Armadas. La resolución advierte sobre las posibles consecuencias de desviarse o desnaturalizar el castellano, señalando que ello podría llevar a interpretaciones erróneas y afectar la correcta ejecución de disposiciones u órdenes.

Esta decisión, que refleja la postura del presidente Milei, conocido por autodenominarse "libertario anarcocapitalista", encuentra su raíz en su abierta oposición al lenguaje inclusivo y a la ideología de género. Según Milei, estas perspectivas son parte integral del denominado "adoctrinamiento" del "marxismo cultural", que busca, según sus palabras, revertir el orden social en Occidente.

La medida ha generado polémica y reacciones diversas en la esfera política. Por un lado, aquellos que respaldan la resolución argumentan que esta establece una posición clara respecto al uso del idioma oficial y preserva la integridad del castellano en contextos oficiales y militares. Por otro lado, críticos de la decisión señalan que esta podría representar un retroceso en los avances hacia una mayor inclusión y reconocimiento de la diversidad en las instituciones.

Este no es el primer episodio vinculado al lenguaje inclusivo en el ámbito militar argentino. En un documento del año 2020 del anterior gobierno peronista, el entonces ministro de Defensa, Agustín Rossi, manifestó un respaldo a los "cambios culturales" en las relaciones de género, aunque de manera no explícita. En el texto titulado "Mujeres Argentinas", Rossi expresó su deseo de que la perspectiva de género fuera "transversal a toda la institución", sin imponerse, ya que señaló que las mujeres "en términos generales no están de acuerdo en la feminización de las denominaciones".

En este contexto, es importante destacar que la práctica del lenguaje inclusivo ha sido discrecional en algunos casos, como lo evidenció un general de división que hizo titulares de prensa en 2022 al dirigirse a los "soldados y soldadas". Este hecho, en su momento, generó debates sobre la adecuación de las prácticas lingüísticas en un entorno militar.

El presidente Milei, desde el inicio de su mandato, ha dejado claro su rechazo al lenguaje inclusivo, vinculándolo con una supuesta agenda de "marxismo cultural". Su decisión reciente, sin duda, marca un hito en la política lingüística y cultural del país, generando debates no solo sobre el uso del lenguaje en el ámbito militar, sino también sobre las posturas ideológicas y la dirección que el gobierno pretende dar en términos de inclusión y diversidad.

En resumen, la prohibición del lenguaje inclusivo en las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa, impulsada por el presidente Milei, ha provocado intensos debates y ha puesto de manifiesto las tensiones en torno a la inclusión, la diversidad y las posturas ideológicas en la esfera política argentina.