En el marco de la sesión de control al Gobierno en el Congreso de este miércoles, se evidenció una dualidad notable en la actitud del presidente Pedro Sánchez. El líder socialista mostró dos facetas distintas al responder a los distintos interlocutores. Frente a Alberto Núñez Feijóo, líder de la oposición, Sánchez se mostró firme y contundente, respondiendo con un puño de hierro a las críticas y ajustes de cuentas postelectorales.

La derrota contundente del Partido Socialista en las elecciones gallegas del pasado domingo parece haber marcado el tono del enfrentamiento. Con una mayoría parlamentaria más precaria, Sánchez se ve presionado a mantener la cohesión interna. La contienda electoral gallega dejó en evidencia la necesidad de consolidar el apoyo de sus aliados.

El contraste en la actitud de Sánchez se volvió evidente al enfrentarse a Míriam Nogueras y Mertxe Aizpurua, portavoces de Junts y Bildu respectivamente, con un enfoque más conciliador, utilizando un guante de seda. La estrategia parece clara: evitar incomodar a los socios de gobierno, cuya colaboración es esencial en el contexto actual.

La derrota electoral en Galicia tuvo un impacto directo en el cara a cara entre el presidente y el líder de la oposición. Feijóo aprovechó para ajustar cuentas, acusando a Sánchez de una campaña de "insidias e insultos". Feijóo recordó al presidente que la contienda electoral fue un plebiscito sobre su liderazgo, resaltando los resultados desfavorables para el PSOE.

La atención se centró en la posible mención por parte de Sánchez sobre el no pacto entre Feijóo y Carles Puigdemont. El líder del Ejecutivo no defraudó y retomó el tema, felicitando al PP y aludiendo al sentido común en Cataluña. La respuesta de Feijóo fue contundente, acusando al presidente de mentir sobre sus posturas y cuestionando la coherencia de sus acciones.

En el intercambio, Feijóo confrontó a Sánchez por la falta de presencia del Gobierno en eventos trágicos como el asesinato de dos guardias civiles por narcotraficantes en Barbate, criticando la prioridad dada a recoger pélets en Galicia en lugar de atender a situaciones urgentes en otras regiones.

Sin embargo, la dinámica cambió radicalmente cuando la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, tomó la palabra. La discusión se enfocó en los Presupuestos, y sorprendentemente, no hubo menciones a la amnistía por ninguna de las partes. Esto sugiere un deseo de alejar las negociaciones de la atención pública y los focos mediáticos.

Nogueras criticó la baja ejecución presupuestaria en Cataluña y denunció el enfoque de "trabaja, paga y calla" que, según ella, España impone a los catalanes. Sánchez respondió detallando cifras de inversión para demostrar el compromiso de su Gobierno con Cataluña. Además, destacó las recientes transferencias de competencias, como el ingreso mínimo vital, impuestas por sus socios independentistas.