03.05.2024 |
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«No voy a consentir que un cántabro sea menos que un catalán»

La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, reclama a Pedro Sánchez inversiones de 6.900 millones de euros para infraestructuras

La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, durante una rueda de prensa. / Román G. Aguilera
La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, ayer mientras presentaba la agenda reivindicativa de Cantabria. / Román G. Aguilera
«No voy a consentir que un cántabro sea menos que un catalán»

La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, del Partido Popular (PP), ha solicitado una reunión con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, con el objetivo de abordar un tema crucial para el desarrollo de la región: la imperiosa necesidad de inversiones en infraestructuras viarias y ferroviarias. La mandataria cántabra plantea una demanda financiera de proporciones notables, cifrada en 6.900 millones de euros, con la intención de impulsar el progreso y la conectividad en la comunidad autónoma.

Durante la presentación de estas reivindicaciones ante los medios, Sáenz de Buruaga expresó con firmeza su preocupación acerca del presunto «aislamiento» al que se ha visto sometida Cantabria, señalando directamente al Gobierno de Sánchez como el responsable de esta situación. En sus propias palabras, «el Gobierno de Sánchez nos ha convertido en una isla», denunciando un abandono prolongado y el fracaso de la coalición PRC-PSOE en atender las necesidades de la región.

La presidenta no dudó en enfatizar la urgencia de estas inversiones, calificándolas como «cada vez amplias y urgentes» debido a años de incumplimiento por parte del Gobierno central.

«No queremos ser más que nadie, pero tampoco menos. No voy a consentir que un cántabro sea menos que un catalán», advirtió Sáenz de Buruaga, destacando la necesidad de equidad entre las distintas comunidades autónomas. La solicitud de inversiones abarca un espectro diverso de proyectos, con especial énfasis en mejoras ferroviarias.

Entre las destacadas, la presidenta resalta la asignación de 1.600 millones de euros para el desarrollo del AVE a Reinosa, así como la propuesta de un tren rápido a Bilbao, con una estimación de costos que oscila entre 2.500 y 3.000 millones de euros. Además, se subraya la necesidad de acelerar las obras en marcha y agilizar aquellas que aún no han comenzado, con el objetivo de revertir el supuesto «aislamiento» al que se enfrenta Cantabria en términos de infraestructuras.

Once actuaciones. La agenda propuesta incluye un total de once actuaciones, destacando aproximadamente 850 millones de euros destinados a mejoras en carreteras. Entre estas mejoras se encuentran proyectos fundamentales como el tercer carril entre Laredo y Vizcaya, la A-73 Burgos-Aguilear, el nudo de Torrelavega, la reforma del Desfiladero de La Hermida, el tercer carril entre Polanco y Santa Cruz de Bezana, Los Tornos, Lanestosa y la variante de Potes.

Cabe resaltar que, más allá de las infraestructuras, las demandas de Cantabria van más allá, abordando diversas áreas que consideran cruciales para el desarrollo integral de la región.

Otras demandas. Entre estas se encuentra la salida del lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, un cambio en la política energética, el respaldo a proyectos estratégicos como el área industrial de La Pasiega, el Museo de Prehistoria y Arqueología, la sede asociada al Reina Sofía, el mantenimiento de la cesión de los terrenos de La Residencia para uso sanitario, y soluciones para los afectados por la Ley de Costas.

En cuanto a la financiación autonómica, la presidenta no dudó en expresar su firme posición, afirmando que Cantabria no pagará los platos rotos de la investidura de Sánchez. En este sentido, abogó por una negociación justa y equitativa entre todas las comunidades autónomas, rechazando la imposición de decisiones por parte de grupos específicos.

La financiación autonómica. Y ha reivindicado que el modelo de financiación autonómica se negocie entre todas las comunidades autónomas y «no lo decidan Puigdemont y los nacionalistas».

Cantabria planteará una vez más que se pondere el coste efectivo de los servicios y que «no pierda ni un euro» de lo que recibe ahora. El tema de la deuda también se presenta como un punto de fricción en las negociaciones futuras. Sáenz de Buruaga dejó claro que la quita de deuda no puede convertirse en una moneda de cambio a la investidura y que cualquier decisión en este sentido debe ser multilateral y no unilateral. Asimismo, advirtió sobre la posibilidad de que la deuda condonada a un territorio no se evapora, sino que se distribuye entre todos, subrayando que «la fiesta la pagamos todos».

La presidenta de Cantabria también planteará a Sánchez que la quita de la deuda «no puede ser una moneda de cambio a la investidura». «No se puede poner el precio a la quiebra de la igualdad entre los españoles», ha sostenido. Si hay que negociar la quita de deuda, según Sáenz de Buruaga, tendrá que ser una decisión «multilateral y no por acuerdos entre dos» y «a espaldas de Cantabria» porque «la deuda que se perdona a un territorio no se evapora, va a la bolsa común y se reparte entre todos. Esa fiesta la pagamos todos».

Y ha avanzado que si el Gobierno de España decide condonar a cada catalán 2.000 euros, Cantabria no se va a conformar «con la mitad». «Exigiré lo mismo. No nos corresponden 600 millones, sino 1.200 millones. Lo que plantean los socialistas cántabros es un insulto», ha apostillado.

Las cercanías ferroviarias. En un enfoque estratégico, la presidenta planteó la posibilidad de asumir más competencias, como la sanidad penitenciaria o la gestión del ingreso mínimo vital.

Sin embargo, descartó la asunción de competencias en el ámbito de las cercanías ferroviarias sin una adecuada puesta a punto de la red, que describió como «en un estado ruinoso».

Según Sáenz de Buruaga, asumir estas competencias en este momento sería un «gravísimo error de bulto» que podría llevar a la quiebra a Cantabria.  En resumen, la presidenta de Cantabria presenta una agenda amplia y ambiciosa, abordando no solo las necesidades de infraestructuras sino también cuestiones cruciales para el desarrollo integral de la región.  La equidad, la justicia en la financiación autonómica y la negociación multilateral en asuntos sensibles como la deuda se plantean como principios fundamentales en la postura de Cantabria en estas negociaciones cruciales para el futuro de la región.

La economía cántabra, «rezagada» por la herencia regionalista

La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, del Partido Popular (PP), ha expresado su profunda preocupación ante los alarmantes datos de desempleo registrados en noviembre en la región. La mandataria ha calificado estos números como «pésimos» y ha destacado la necesidad de cambiar el rumbo económico de una comunidad autónoma que, según sus palabras, se encuentra «rezagada» en comparación con el resto del país.  Buruaga ha señalado que Cantabria continúa en una posición desfavorable, con un aumento mensual del desempleo del 1,03%, a diferencia de la tendencia a la baja a nivel nacional. La reducción interanual también se sitúa por debajo de la media, al igual que la dinámica de la afiliación a la Seguridad Social. La presidenta ha atribuido estos resultados a las políticas económicas «erróneas, equivocadas y refractarias a la inversión» implementadas en los últimos años, durante el mandato del bipartito PRC-PSOE. Ante la prensa, Buruaga ha expresado su compromiso de cambiar esta realidad a través de una «agenda de reformas de calado en profundidad». En este contexto, la líder del Ejecutivo regional ha destacado la importancia del presupuesto de la comunidad para 2024 y la ‘Ley de acompañamiento’ como instrumentos clave para iniciar el cambio. Según Buruaga, este presupuesto es una «potente caja de herramientas» que abarca desde una reducción de impuestos hasta avances en simplificación administrativa, impulso a la inversión pública y privada, políticas industriales, y mejoras en educación y formación profesional. La presidenta ha subrayado que este enfoque integral es el camino para revertir la tendencia y lograr un crecimiento económico y creación de empleo equiparable o superior al resto del país. Aunque ha admitido que no cuenta con «una varita mágica», Buruaga ha asegurado que ya están en marcha medidas concretas para abordar los problemas estructurales de la comunidad.

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